domingo, 28 de abril de 2013

El Norte de África durante el Siglo XVIII


 A lo largo del siglo XVIII se dan una serie de cambios en el panorama general del norte de África que sentarían las bases para la posterior llegada y colonización de estos territorios por parte de los europeos. Hay dos factores muy importantes que influencian sobremanera: el gran desarrollo desde el punto de vista económico, demográfico, social y político que experimenta el continente europeo y la pérdida de poder del imperio turco que durante tantos siglos había supuesto una constante amenaza para Europa.
En Europa, a lo largo del siglo XVIII, habían tenido lugar importantes revoluciones como, por ejemplo, la francesa, cuyas consecuencias están presentes en los sistemas democráticos de hoy en día de nuestro continente. Por otro lado, la Revolución Industrial, que comienza a mediados del siglo XVII en Gran Bretaña, supuso el mayor cambio social y tecnológico que la humanidad jamás había experimentado. Gracias a la mejora de la tecnología, con la aparición de nuevos inventos, el comercio se vio desarrollado como nunca antes, como consecuencia de una producción más eficaz y un intercambio de los productos de manera más rápida. Por otro lado, la población del continente se vio incrementada en su número gracias al descenso de la tasa de mortalidad por una mejora en la higiene y en la alimentación.



Sin embargo, la situación en el norte de África era bien distinta. Su población se vio reducida por la peste bubónica, que ya había conseguido ser radicada en Europa. Por otro lado, estos territorios tenían una dependencia comercial de Europa pues los ingresos provenientes de la piratería habían disminuido de manera notable. A todo esto hay que sumarle la pérdida de influencia del Imperio Turco sobre estos territorios, que habían sido controlados por éste durante un largo periodo de tiempo. El norte de África cada vez se iba haciendo más independiente de los turcos y las élites locales que controlaban estos territorios acabaron por ser completamente autónomos. Como ya sabemos, la unión hace la fuerza.

Así, esta situación de búsqueda de independencia territorial y política con respecto al Imperio Turco se daba en zonas como en Argelia. Por otro lado, Egipto estaba bajo dominio británico como parte del proceso de colonización europea. Sin embargo, Marruecos era un reino independiente que contaba con su propia dinastía que tomó el poder en el siglo XVI y que sigue en el trono hoy en día. La población de estos territorios africanos estaba organizada en su mayoría por clanes y tribus nómadas cuyo concepto de familia está bastante más desarrollado y resulta más complejo que el concepto de familia europea.
Con la colonización por parte de los europeos de estos territorios del norte de África y su posterior descolonización han surgido una serie de conflictos que todavía hoy en día siguen presentes y forman parte de la actualidad aunque en demasiadas ocasiones sean ignorados o desconocidos por la mayor parte de nosotros.

martes, 23 de abril de 2013

Mercator y Peters, dos maneras de ver el mundo


         Hoy en clase hemos comprobado que poseemos una visión etnocéntrica de Europa, situando en el centro del mapamundi al viejo continente. Pero esto no es casual, ni tampoco que en la mayoría de los libros de geografía predomine un tipo de proyección frente a otra.
Partiendo de la evidencia matemática de que ninguna proyección cilíndrica de una esfera puede ser exacta, os dejo estos dos enlaces.

         El primero de ellos es el fragmento de una serie en el que se nos enfrenta dos tipos  proyecciones, que dan lugar a dos maneras de interpretar el mundo. Una de ellas peca de falta de exactitud respecto a tamaño de los países,  la otra en la forma.


         El otro enlace, es del periódico ABC, que se hace eco del video para hacer una síntesis de lo tratado, proyección Mercator Vs proyección Peters.


         Como comentario final, y aunque se trate de manera frívola en el fragmento de la serie, es de vital importancia ser consciente de los efectos que tiene en el público el uso de una u otra proyección.
         
         En un apartado del libro (pp. 38- 42) de J. Bale “Didáctica de la geografía en la escuela primaria” se nos propone como desde la escuela está presente el racismo en geografía y como desde un comienzo se nos inocula de manera muy sutil la idea de superioridad europea. Y lo peor, es que no es por un afán conspiratorio digno de expediente X, sino simple y llanamente que muchos maestros de primaria no se plantean volver a evaluar los materiales con los que año tras año trabajan.

         Están claras las ventajas del uno frene al otro, pero entonces ¿con cuál nos quedamos? Pues como bien dice en el artículo del ABC  Del Bosque, dependerá sobre todo de la finalidad que tenga y queramos que adquiera el mapa.

viernes, 19 de abril de 2013



Carlos III y Madrid



Carlos III de Borbón era hijo de Felipe V y de su segunda esposa Isabel de Farnesio. A Carlos III se le conoce con el sobrenombre del “mejor alcalde de Madrid”.
Nació en Madrid el 20 de enero de 1716 y murió en diciembre del año 1788, también en Madrid. Fue nombrado Duque de Parma y Toscana en 1731 y también fue rey de Nápoles en los años 1735 y 1759, y rey de Sicilia de 1734 a 1759. En 1759 fue nombrado rey de España, sucediendo a Fernando VI, hasta su muerte. 

Política interior:
    Como el reinado de Carlos III era una monarquía absoluta. fue totalmente reformista y hubo unos cambios muy importantes sobre todo en la economía, la política y la sociedad. El reinado tuvo lugar en pleno desarrollo de la Ilustración.

-   Reformas:


  • Reformas de Esquilache: Carlos III nombró a Marqués de Esquilache (principal ministro del rey) Secretario de Hacienda. Éste incorporó las señoríos a la Corona, controló a los sectores eclesiásticos y reorganizó las Fuerzas Armadas. 
Como  necesitaban más ingresos para poder realizar las reformas, decidieron aumentar la presión fiscal y así tuvo lugar la Creación de la Lotería Nacional.

También liberalizó el comercio de los cereales: eso conllevó un aumento de los precios de productos de primera necesidad (la causa era sobre todo especulaciones de los acaparadores). 



En marzo de 1766 se produjó el Motín de Esquilache:

El detonante fue la orden de cambiar la capa larga y el sombrero de ala ancha de los madrileños por la capa corta y el sombrero de tres picos.

La tensión subió por los pasquines que circulaban en los sitios públicos y se convirtió en un ataque hacia la política reformista que fue realizado por los ministros extranjeros del gobierno del rey.

En Madrid:

·         Punto culminante de la revuelta: cuando la muchedumbre frente al Palacio Real se pelea con la Guardia Valona (infantería del ejercito del rey). La revuelta tuvo lugar sin la intervención de la Guardia Española. Las quejas del pueblo se referían al gobierno de la nación, mientras que las quejas en las provinicas se referían a las autoridades locales.
·         Los rebeldes exigieron por ejemplo la reducción de los precios de los alimentos y la sustitución de los ministros extranjeros por ministros españoles.
·         Consecuencia: Carlos III desterró a Esquilache y nombró en su lugar al Conde de Aranda y expulsó a los Jesuitas (por ser los verdaderos introductores del Motín de Esquilache).


  • 1767: Reforma agraria

  • En 1771 tuvo lugar la Creación del Orden de Carlos III ( la condición para ingresar no era la “sangre azul”, sino la valía personal demostrada en el trabajo)

  • Reformas públicas. Por ejemplo, el puerto de San Carlos, la repoblación de Sierra Morena, etc.

  • Reformas de la docencia, Carlos III también dio un impulso a la investigación científica

  • Reformas económicas: Carlos III unificó el sistema monetario: creó primer papel moneda y la primera banca estatal la cual se llamaba Banco de San Carlos y fue precedente de lo que hoy conocemos como banco nacional

-   Generalmente se dice que Carlos III puso mucho esfuerzo para modernizar Madrid con construcciones públicas, monumentos como la Puerta de Alcalá, el Museo del Prado, l hospital San Carlos, el nuevo Jardín Botánico, ... y también organizó el Correo como servicio público.














Estatua de Carlos III en la Puerta del Sol, Madrid



Bibliografía:
Libro
López González, B. 1995. El Madrid de la Ilustración. Madrid: Ediciones Akal S. A.

Fuentes electrónicas
Página personal de Alfonso Pozo Ruiz, miembro del Comisariado del V Centenario Universidad Sevilla y autor de la sección histórica de la web institucional, 2003. Carlos III, el rey ilustrado (1716-1788).
Disponible en: http://personal.us.es/alporu/historia/carlos_iii.htm [fecha de consulta: 13.04.2013]

Lynch J. , El siglo XVIII, Crítica, Barcelona, 1991 (1989).
Domínguez Ortiz A. , Carlos III y la España de la Ilustración (1988).
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_III_de_Espa%C3%B1a [fecha de consulta: 13.04.2013]

Imagenes
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Charles_III_of_Spain_high_resolution.jpg
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Estatua_ecuestre_de_Carlos_III_-_07.jpg


sábado, 13 de abril de 2013

El artículo X de Utrecht y sus límites


El artículo X de Utrecht 

"El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.
Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. Y como la comunicación por mar con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos los tiempos, y de aquí puede resultar que los soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grandes angustias, siendo la mente del Rey Católico sólo impedir, como queda dicho más arriba, la introducción fraudulenta de mercaderías por la vía de tierra, se ha acordado que en estos casos se pueda comprar a dinero de contado en tierra de España circunvecina la provisión y demás cosas necesarias para el uso de las tropas del presidio, de los vecinos y de las naves surtas en el puerto.
Pero si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarían al fisco, y presentada queja de esta contravención del presente Tratado serán castigados severamente los culpados .
Y Su Majestad Británica, a instancia del Rey Católico consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar, ni se de entrada ni acogida a las naves de guerra moras en el puerto de aquella Ciudad, con lo que se puede cortar la comunicación de España a Ceuta, o ser infestadas las costas españolas por el corso de los moros. Y como hay tratados de amistad, libertad y frecuencia de comercio entre los ingleses y algunas regiones de la costa de África, ha de entenderse siempre que no se puede negar la entrada en el puerto de Gibraltar a los moros y sus naves, que sólo vienen a comerciar.
Promete también Su Majestad la Reina de Gran Bretaña que a los habitantes de la dicha Ciudad de Gibraltar se les concederá el uso libre de la Religión Católica Romana.
Sin en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad dela dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla"


Creo que este artículo merece por si solo una entrada. El artículo X de Utrecht llega a nuestros tiempos como una llaga, una herida que no termina de cicatrizar para España.
El tratado de Utrecht, y más concretamente en artículo X de dicho tratado, supuso la piedra angular que dio base jurídica a la presencia de Gran Bretaña en Gibraltar. Sin embargo, esta cesión, reconocida par el Tratado, tenía una dimensión limitativa, sin duda, concebida por España como salvaguardia de sus intereses en la zona.
Los aspectos limitativos del Tratado fueran posibles porque España cedía parte de su territorio por Derecho de Tratado y en virtud de esto podía poner cuantas cláusulas deseara para la cesión. Cláusulas que Gran Bretaña aceptó. Sin embargo, estas limitaciones fueron ignoradas por Gran Bretaña casi desde el mismo momento de la ratificación, al ser opuestas a sus intereses. Estas limitaciones se pueden resumir en:

Limitaciones territoriales.
España cedía a Gran Bretaña la ciudad, el castillo, el puerto, las defensas y fortalezas de Gibraltar, lo que excluía cualquier posesión que los británicos reclamaran en el territorio. A pesar de la exactitud en la enumeración de las zonas que España cedía, no fueron tan exactas las palabras empleadas, dando la oportunidad a Gran Bretaña de exigir, muy tempranamente, mayor espacio territorial, y, más tardíamente, mayor espacio marítimo del que España pretendió ceder.
Es interesante ver como en las antípodas de la historia inglesa referidas al peñón, se cediera solo como una fortaleza militar. Aunque finalmente no fue así. No obstante y a pesar del interés de la reina Ana para que se instalasen en el Peñón los judíos, no fue hasta finales del siglo XVII cuando se consolida una población civil, paralela a la población militar.

Limitaciones jurídicas.
Estas limitaciones han sido el baluarte de la corona española para recuperar el peñón en  épocas posteriores.
En el segundo párrafo del artículo reza  “sin jurisdicción alguna territorial”, que limita las palabras “plena y entera” del primer párrafo; por lo menos en territorio exteriores a la Plaza (acordes a como España concibió la cesión).

Limitaciones económicas.
Según el artículo X, quedaban suprimidos todos los contactos entre la Plaza y el territorio circunvecino, con el objeto de evitar así, contrabando que desde Gibraltar, puerto franco desde 1706, se pudiera hacer con perjuicio de la Hacienda española.

Limitaciones en virtud de razones militares.
Parece que España temía, tras la reconquista, que los moros volvieran a poner pie en la península a través del Gibraltar ingles, por ello quedo terminante prohibido bajo el artículo que nos ocupa la residencia en Gibraltar de moros, judíos, y el dar refugio a los barcos moros en sus puertos.

Limitaciones a la cláusula de cesión. Al final del artículo X, España se reservaba el derecho de ser la primera en poder recuperar Gibraltar, en el caso de que los británicos quisieran enajenarla, darla o venderla.

Al igual que Inglaterra no tomo en cuenta las limitaciones pactadas, la corona Española tuvo varios intentos por hacerse de nuevo con la soberanía del peñón a lo largo del siglo XVIII.
El primero unos meses después de la toma por parte de Inglaterra, el segundo ya en 1727. Por último, y el más persistente, sería “el gran asedio” en 1783 que se resolvió con la misma suerte que los anteriores intentos de devolver a España uno de sus enclaves geográficos más importantes.

Bibliografía
-          ANGUITA OLMEDO, Concepción. La cuestión de Gibraltar. Orígenes del problema y propuestas de restitución (1704-1900). Director: Felipe Maraña Marcos. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Departamento de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, ¿?.
-          GUERRERO VILLAR, Joaquín. El tratado de paz con Inglaterra de 1713. Orígenes y culminación del desmembramiento de la monarquía española. Director: Pablo Fernández Abadejo. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid, Departamento de Historia Moderna, 2008.
-          Tratado de Utrecht, artículo X.

El tratado de Utrecht


Introducción
La regulación oficial de la situación en la que quedaron los contendientes, se llevó a efecto mediante la firma de una serie de tratados de notable complejidad, tanto por su contenido como por su dilatado desarrollo cronológico, que tuvieron como escenario Utrecht, y paralelamente Rastatt.
Desde una fecha temprana como 1709 se establecieron los primeros contactos para regular la paz general, que no se convirtieron en algo más concreto hasta finales de 1711. En estas fechas el gobierno conservador inglés, abogando por la paz, inicio conversaciones con los franceses, y en 1712 fueron Francia y las Provincias unidas, las que se sentaron a la mesa de negociaciones de Utrecht.
El punto culmen de este de las negociaciones, se emplaza en la ciudad holandesa de Utrecht que supondría la paz firmada entre Inglaterra, Francia, las Provincias Unidas y España en  1713.

¿En qué consiste la paz Utrecht?
            Os remito a la Wikipedia, pues de todas la fuentes documentales donde he acudido, es donde mejor y más ordenado he encontrado el tema que nos ocupa.
            Si a alguien le causa urticaria citar y emplear la Wikipedia, le remito a la bibliografía con la que si quiere, podrá divertirse con el apasionante vodevil estratégico-político de Utrecht.  No empleo mi tiempo en la reelaboración de un trabajo que a mi juicio ya es lo suficientemente exhaustivo y claro; prefiero centrar mis fuerzas en el desarrollo de otras competencias de Bolonia.

La reorganización de Europa
La búsqueda de información a través de mis fuentes, me ha llevado a centrarme en la reorganización de Europa tras Utrecht.

Comienzo con la cita que leí en la exposición: En palabras de Jover Zamora y Hernández Sandoica, “fue una potencia extra-continental, Gran Bretaña, la que planificó mi equilibrio ponderado, basado en una hegemonía, que no era continental ni territorial, sino marítima y comercial”.

El equilibro que Gran Bretaña forjó, hundió sus raíces en dos ideas: la creación de los Estados-barrera y el control de las zonas de influencia marítimas.

Estados-Barrera
El funcionamiento de los estados barrera se sustenta en atribuir a una pequeña potencia, adecuadamente situada, una misión superior a sus propias fuerzas.  Es decir, si esa potencia se viera amenazada por la fuerza expansiva de la Francia de Luis XIV y por tanto de la Monarquía Hispánica, recurrirá, en aras de su seguridad nacional, a la potencia que pueda protegerlas contra esas veleidades, es decir, Inglaterra.
            Las zonas donde podía peligrar el equilibrio europeo eran los Países Bajos, los pasos alpinos y las zonas renanas del Rhin. En cada una de estas zonas creó un sistema de alianzas:        
La barrera de los Países Bajos, que eran codiciados por Holanda y Francia. Los Países Bajos pasaron a pertenecer a Austria para evitar que Francia y Holanda se enfrentaran bélicamente en esta zona; y por otro lado, Inglaterra se aseguraba un punto de fricción entre Holanda y Austria en caso de que Austria intentara un ensanchamiento de su imperio.
La barrera de Saboya. Saboya obtuvo el control de una barrera alpina, formada por varios fuertes que dificultaban cualquier iniciativa francesa hacia Italia, y una barrera italiana, al recibir el Piamonte, que impediría cualquier pretensión de Austria en esa zona.
La barrera renanaEsta barrera tiene varias vertientes, implicando a tres Estados que se interpondrían entre Francia, Holanda y Austria. El reino de Prusia recibió la zona del Alto Gtieldres, Neuchatel y Valencin, desde las que se vigilaba la posesión francesa del Franco Condado. A Baviera se le restituyeron sus dominios del Alto Palatinado, formando una barrera entre Francia, Prusia y Austria. Y, por último, los territorios del elector de Colonia jugaban un papel estratégico entre Holanda, Países Bajos, en posesión austriaca, y Francia.

Zonas de influencia marítima
            Para mantener el equilibrio continental debía hacer frente también del control marítimo. Los puntos conflictivos eran:
Los Estrechos daneses: Estos estrechos ponen en contacto al mar del Norte con el mar Báltico. Desde esta zona Gran Bretaña podía vigilar las acciones de Rusia, Finlandia y Suecia.
El Estrecho de Gibraltar: permitía controlar el comercio con el Atlántico y con el Mediterráneo occidental, y, por otro lado teniendo como aliada a Portugal, podía tener bajo control el comercio americano y la puerta abierta a España en caso de una nueva confrontación internacional.
Los Estrechos de Sicilia y Mesina que aunque no eran posesión de Inglaterra, ejercía mucho presión sobre Saboya, que desde Utrecht tenía a Sicilia, en detrimento de España. 

Reflexiones sobre Utrecht
La nueva configuración geográfica de Europa nacida de Utrecht sustentada en el equilibrio, se mantendrá hasta que Napoleón apareciera en el escenario Europeo. Pero esa política de equilibro no es la única consecuencia que brota de Utrecht.

Holanda, desde el comienzo, fue la única capaz de hacer frente a la potencia marítima de Gran Bretaña. Tras la guerra, desapareció del mapa comercial, al verse privada de todos los privilegios que había gozado hasta entonces. Arruinada por la larga lucha que tuvo que mantener en sus propias fronteras para asegurar su supervivencia y muy mermada y debilitada su flota, se sumió en una larga decadencia de la que difícilmente se recuperó, pasando de ser una gran potencia a una potencia de tercer orden en la nueva sociedad surgida de Utrecht.

A Prusia, en cambio, la Paz de Utrecht le reservó un papel protagonista en el mantenimiento del equilibrio creado por Gran Bretaña. Prusia estaba destinada a ser una gran potencia mundial y a influir en el futuro de Europa.

Por otro lado, nuevas potencias comenzaron a surgir en el panorama europea del siglo XVIII. Rusia rivalizaría en la zona del Báltico con Suecia.
En la zona oriental del mediterráneo, el imperio otomano mermaba en tanto las ambiciones austriacas aumentaban, y en el dominio del mediterráneo oriental le cedía el testigo a Inglaterra, que poseía una flota mucho más potente.
Italia fue dividida en pro de los intereses británicos, convirtiéndose en un hervidero de intrigas políticas a punto de estallar.

España, por último, quedaría relegada a una potencia de segundo orden, que aunque seguía teniendo un papel de gran importancia en el panorama europeo, no era tan determinante como antes de Utrecht y de la guerra de sucesión. Despojada de sus reinos Europeos y de cierto privilegios marítimos, que serian a la larga más perniciosos, sería la primera en cuestionar los Tratados de Utrecht, surgiendo así, nuevos puntos de enfrentamiento entre España y el resto de Europa.

Bibliografía
-       ANES, Gonzalo. Historia de España. Volumen 4: El Siglo de las Luces. Artola, Miguel (Dir.). Madrid: Alianza, 1994.
-      CALVO, José. La guerra de Sucesión. 2da ed. Madrid: Anaya, 1993.
-   ANGUITA OLMEDO, Concepción. La cuestión de Gibraltar. Orígenes del problema y propuestas de restitución (1704-1900). Director: Felipe Maraña Marcos. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Departamento de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, ¿?.
-       Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Traado_de_Utrecht

La guerra de Sucesión


¿Por qué la guerra de sucesión?
Porque me parece fundamental en la historia española y europea, pues las consecuencias que emanan de ella supondrán un antes y un después en la política geoestratégica de Europa.

Making-of
Tras luxarme el hombro derecho con el tomo 28 y 29 de “Historia de España” de Menéndez Pidal, decido que mi camino por esos lares, lejos de agradarme, me ahoga en un caos de fechas, y datos, y más datos y más todavía…
Me acerco a una colección un poco más breve, y con las tapas blandas, cosa que se agradece. Se trata de la colección de Alianza llamada “Historia de España dirigida por Miguel Artola”. Me agencio el tomo de Gonzalo de Anes “El siglo de la luces”, hago acopio de café y me dispongo a leer el capítulo referente a la guerra de sucesión.
Ahogado por un maremágnum de datos, y sin fe de encontrar algo adecuado para la entrada de este blog, me encuentro con un excelente libro que trata solo sobre la guerra de Sucesión y puesto en horizontal no se eleva más que uno de mis dedos: es mi libro. Lo abro, tiene imagenes. Definitivamente, ese libro me estaba esperando en el estante.
Después de ojearlo, ¡Ahhh! ¡Sorpresa! Tiene un fantástico eje cronológico de la guerra de sucesión que contrasta el conflicto nacional, con el europeo. Ahí que voy.
Lo reescribo a ordenador, y con afán de poder aportar más al eje cronológico busco por internet. Lo sé, solo hay basura, ¿o tal vez no? Un consejo a quién me lea, una gran fuente de conocimiento son las tesis doctorales, y muchas de ellas están informatizadas y totalmente accesibles, sin salir de tu habitación. Así que no olvides echar un ojo a las tesis doctorales, pues se tratan de una herramienta documental muy valiosa, y sobre todo recuerda, ¡cita las fuentes!
Pues bien, tras dar con una tesis bastante exhaustiva referente a la guerra de Sucesión y ojear lo que me interesa, doy por finalizada mi búsqueda de información.

He aquí mi entrada al blog:
Entrada: La guerra de sucesión
En rojo el conflicto nacional, en negro el europeo/internacional

1700 
Muerte de Calos II “el Hechizado”. De acuerdo con lo dispuesto en su testamento, el duque de Anjou es designado rey. Con él comienza la Casa Borbón en España.
En las cancillerías europeas preocupaba la decisión que podía tomar el último de los Austrias españoles. La importancia y complejidad del asunto implicaba a todo el Occidente Europeo.

1701
Felipe V entra en España. Su abuelo, Luis XIV, no despejó las incógnitas sobre una posible unión de España y Francia en la persona del joven monarca español. El nuevo rey jura los Fueros de Aragón y Cataluña, y en Barcelona convoca cortes.
El emperador de Alemania, rechaza el testamento de Carlos II y reclama la corona de España para el segundo de sus hijos, el archiduque Carlos. Las tropas imperiales rompen las hostilidades al atacar las posesiones españolas en el norte de Italia. Inglaterra y las Provincias Unidas, inquietas por el curso que toman los acontecimientos, se alían con los imperiales: Gran Alianza de La Haya.

1702
Felipe V marcha a Italia. La joven reina, Luisa Gabriela de Saboya, queda al frente del estado. La flota angloholandesa ataca la bahía de Cádiz, siendo rechazada. Esta misma flota ataca en Vigo a los galeones de Indias que habían arribado a este puerto.
En Luzzarra (Italia) las tropas borbónicas vencen a los imperiales. En Inglaterra muere Guillermo III y le sucede la reina Ana Estuardo. Las tropas angloholandesas atacan los Países Bajos españoles.

1703
Felipe V regresa a Madrid. El ambiente en la Península es tenso entre los partidarios del rey y los que conspiran para el archiduque Carlos.
Portugal se une a los aliados. Por el tratado de Methuen, Pedro II se compromete a apoyar la causa del pretendiente austriaco. Los aliados cuentan así con una base de operaciones en la península Ibérica.

1704
Intento de la flota aliada de sublevar en favor del archiduque Carlos de Austria el Principado de Cataluña. Los ingleses se apoderan de Gibraltar. Se inicia el asedio español a la Plaza.
El ejercito de Felipe V cruza la frontera portuguesa y ocupa, sin resultados prácticos, algunas plazas lusitanas. Batalla de Marbella entre las flotas francesa y angloholandesa.

1705
Sublevación de Valencia y Cataluña apoyada por la flota aliada. Proclamación del archiduque Carlos como Carlos III. Se desbarata una conspiración austracista en Granada.
Muerte de Leopoldo I; le sucede en el título imperial su hijo José. En Portugal muere Pedro II y le sucede Juan V, que intensifica la participación lusitana en la lucha.

1706
Doble ofensiva de los aliados desde Aragón y Portugal sobre castilla. En Zaragoza se proclama rey al archiduque. Las tropas aliadas entran en Madrid. La administración borbónica se traslada a Burgos.
Años de graves derrotas francesas: en Turín a manos del príncipe Eugenio de Saboya y en Ramillies a manos de Marlborough.

1707
Castilla se mantiene leal a Felipe V. El 25 de abril, en los campos de Almansa, el ejército hispanofrances vence a los aliados. Los borbónicos invaden Valencia. El 29 de junio se publican los Decretos de nueva planta.
Una conspiración subleva la isla de Cerdeña contra Felipe V. El ejército imperial se apodera de Nápoles.

1708
Los ingleses se apoderan de Menorca.
Derrotas francesas en Lille y Audenarde. Grave situación en Francia.

1709
En la península Ibérica la grave crisis de subsistencia hace que las cuestiones militares pasen a un segundo plano.
Luis XIV, ante la crisis que atraviesa Francia, intenta firmar la paz con los aliados. El Papa reconoce al archiduque Carlos como rey. Derrota francesa en Malplaquet, que cuesta 20.000 bajas a los aliados.

1710
Año crucial para el desarrollo de la guerra. La ofensiva borbónica sobre Aragón se saldó con las derrotas de Almenara y Zaragoza. Es septiembre los aliados entran por segunda vez en Madrid. Victoria de las tropas de Felipe V en Brihuega y Villaviciosa.
En Inglaterra “los tories” (conservadores) suben al poder, iniciando una política más proclive a las paz que la llevada hasta entonces por los “wighs” (progresistas)

1711
La resistencia catalana a Felipe V pasa a primer plano. En septiembre el archiduque abandona Barcelona.
Muere el emperador José I; el archiduque Carlos es nombrado emperador de Alemania.

1712
Los ingleses abandonan Cataluña y se concentran en Menorca. Se firma la paz de Utrecht por la cual se reconoce a Felipe V de Borbón rey de España y se ceden Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña.
Importante victoria francesa en Denain. Se inician los preliminares de Utrecht.

1713
En cumplimiento de lo estipulado en Utrecht, las tropas imperiales abandonan Cataluña.
Por el tratado de Utrecht, Francia cede a Inglaterra la Bahía de Hudson, Nueva Escocia y Terranova.

1714
Fin de la resistencia catalana. Las tropas borbónicas entran en Barcelona. Muere la reina Luis Gabriela de Saboya. Nuevo matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio.
Muere la reina Ana. Comienza en Inglaterra la Casa de Hanover con Jorge I. Franceses e imperiales firman la paz de Rastatt, por la cual Austria recibía los Países Bajos y los territorios españoles de Italia, excepto Sicilia, que pasó a Saboya, Francia se quedaban con Alsacia y Estrasburgo.

Consecuencias de la guerra de sucesión en España (estructuración de un nuevo estado)

Hablar de las consecuencias de la guerra de sucesión es evocar a Utrecht, siendo más que un tratado, un oráculo al que asomarse para conocer detalladamente como se pactó la paz tras la guerra. Pero del tratado de Utrecht ya hablaremos en la próxima entrada. Ahora me gustaría centrarme en las consecuencias que devinieron de la guerra de sucesión referidas a la estructuración de un nuevo estado.
La guerra civil que se desató en España como consecuencia de la guerra de sucesión, contribuyo a sentar las bases de un nuevo estado. El modelo organizativo y legislativo a que respondía España al concluir la guerra era totalmente distinto al que había al comienzo de la misma.
Los Austrias habían abogado por principios de descentralización y autonomía, si bien en diferentes momentos ya se habían producido intentos centralizadores que no fructificaron. Existían diferentes órganos de gobierno, diferentes instituciones judiciales y fueros diferentes, así como una diversa estructura administrativa. Solo la monarquía era un factor común, con la limitación que suponía la diferente forma de entenderla.
Mientras que Castilla el absolutismo había convertido a los organismos del gobierno en dóciles instrumentos de gobierno, en Aragón existía un concepto de pactismo, entre el monarca y sus “súbditos”. Si bien, ojo al dato, la Guerra no parece fraguarse en el enfrentamiento de tendencias centralistas y disgregadoras, por lo menos desde un inicio.
Cataluña y sus compañeros foralistas en un comienzo no simpatizaban por Felipe V ni Carlos III, de hecho, se ignoraba que postura iba a tomar Felipe V respecto a su política de entender el estado. Sus comienzos refutan esta idea, y sobre todo el respeto a la particular idiosincrasia de Navarra y del País Vaco vienen a reforzar esta impresión.
Sin embargo como resultado, de la rebelión de Aragón en 1705, que estuvo a punto de costarle el trono, se erigió en armas en ese momento en contra de aragoneses, valencianos y catalanes.
La Nueva Planta que surgió, supuso un proceso de implantación gubernativa, legislativa y judicial que creo las bases de un estado fuertemente centralizado aderezado del dominio de una monarquía absolutista (o con muchísimo poder, si se prefiere) que sería la semilla que germinaría en el Romanticismo dando como fruto el auge de los movimientos nacionalistas y la dicotomía entre centralismo-nacionalismo.
          Entender la España actual, pasa por arrancar la máquina del tiempo y alejarse un par de siglos en la historia para conocer de primera mano los movimientos nacionalistas genuinos.

Bibliografía (siendo aquella que va más allá de un simple levantamiento de mancuernas)
-     - ANES, Gonzalo. Historia de España. Volumen 4: El Siglo de las Luces. Artola, Miguel   (Dir.). Madrid: Alianza, 1994.
-        - CALVO, José. La guerra de Sucesión. 2da ed. Madrid: Anaya, 1993.
    - GUERRERO VILLAR, Joaquín. El tratado de paz con Inglaterra de 1713. Orígenes y culminación del desmembramiento de la monarquía española. Director: Pablo Fernández Abadejo. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid, Departamento de Historia Moderna, 2008.