¿Por qué la guerra de sucesión?
Porque me
parece fundamental en la historia española y europea, pues las consecuencias
que emanan de ella supondrán un antes y un después en la política geoestratégica
de Europa.
Making-of
Tras luxarme el
hombro derecho con el tomo 28 y 29 de “Historia de España” de Menéndez Pidal,
decido que mi camino por esos lares, lejos de agradarme, me ahoga en un caos de
fechas, y datos, y más datos y más todavía…
Me acerco a una
colección un poco más breve, y con las tapas blandas, cosa que se agradece. Se
trata de la colección de Alianza llamada “Historia de España dirigida por
Miguel Artola”. Me agencio el tomo de Gonzalo de Anes “El siglo de la luces”, hago
acopio de café y me dispongo a leer el capítulo referente a la guerra de
sucesión.
Ahogado por un
maremágnum de datos, y sin fe de encontrar algo adecuado para la entrada de
este blog, me encuentro con un excelente libro que trata solo sobre la guerra
de Sucesión y puesto en horizontal no se eleva más que uno de mis dedos: es mi libro.
Lo abro, tiene imagenes. Definitivamente, ese libro me estaba esperando en el
estante.
Después de
ojearlo, ¡Ahhh! ¡Sorpresa! Tiene un fantástico eje cronológico de la guerra de
sucesión que contrasta el conflicto nacional, con el europeo. Ahí que voy.
Lo reescribo a
ordenador, y con afán de poder aportar más al eje cronológico busco por internet.
Lo sé, solo hay basura, ¿o tal vez no? Un consejo a quién me lea, una gran
fuente de conocimiento son las tesis doctorales, y muchas de ellas están
informatizadas y totalmente accesibles, sin salir de tu habitación. Así que no
olvides echar un ojo a las tesis doctorales, pues se tratan de una herramienta
documental muy valiosa, y sobre todo recuerda, ¡cita las fuentes!
Pues bien, tras
dar con una tesis bastante exhaustiva referente a la guerra de Sucesión y ojear
lo que me interesa, doy por finalizada mi búsqueda de información.
He aquí mi entrada al blog:
Entrada: La guerra de sucesión
En rojo el conflicto nacional, en negro el europeo/internacional
1700
Muerte de Calos II “el Hechizado”. De acuerdo con lo
dispuesto en su testamento, el duque de Anjou es designado rey. Con él comienza
la Casa Borbón en España.
En las cancillerías europeas preocupaba la decisión que podía tomar el
último de los Austrias españoles. La importancia y complejidad del asunto implicaba
a todo el Occidente Europeo.
1701
Felipe V entra en España. Su abuelo, Luis XIV, no
despejó las incógnitas sobre una posible unión de España y Francia en la
persona del joven monarca español. El nuevo rey jura los Fueros de Aragón y
Cataluña, y en Barcelona convoca cortes.
El emperador de Alemania, rechaza el testamento de Carlos II y reclama la
corona de España para el segundo de sus hijos, el archiduque Carlos. Las tropas
imperiales rompen las hostilidades al atacar las posesiones españolas en el
norte de Italia. Inglaterra y las Provincias Unidas, inquietas por el curso que
toman los acontecimientos, se alían con los imperiales: Gran Alianza de La Haya.
1702
Felipe V marcha a Italia. La joven reina, Luisa
Gabriela de Saboya, queda al frente del estado. La flota angloholandesa ataca
la bahía de Cádiz, siendo rechazada. Esta misma flota ataca en Vigo a los galeones
de Indias que habían arribado a este puerto.
En Luzzarra (Italia) las tropas borbónicas vencen a los imperiales. En Inglaterra
muere Guillermo III y le sucede la reina Ana Estuardo. Las tropas
angloholandesas atacan los Países Bajos españoles.
1703
Felipe V regresa a Madrid. El ambiente en la
Península es tenso entre los partidarios del rey y los que conspiran para el
archiduque Carlos.
Portugal se une a los aliados. Por el tratado de Methuen, Pedro II se
compromete a apoyar la causa del pretendiente austriaco. Los aliados cuentan
así con una base de operaciones en la península Ibérica.
1704
Intento de la flota aliada de sublevar en favor del
archiduque Carlos de Austria el Principado de Cataluña. Los ingleses se
apoderan de Gibraltar. Se inicia el asedio español a la Plaza.
El ejercito de Felipe V cruza la frontera portuguesa y ocupa, sin
resultados prácticos, algunas plazas lusitanas. Batalla de Marbella entre las
flotas francesa y angloholandesa.
1705
Sublevación de Valencia y Cataluña apoyada por la
flota aliada. Proclamación del archiduque Carlos como Carlos III. Se desbarata
una conspiración austracista en Granada.
Muerte de Leopoldo I; le sucede en el título imperial su hijo José. En Portugal
muere Pedro II y le sucede Juan V, que intensifica la participación lusitana en
la lucha.
1706
Doble ofensiva de los aliados desde Aragón y
Portugal sobre castilla. En Zaragoza se proclama rey al archiduque. Las tropas
aliadas entran en Madrid. La administración borbónica se traslada a Burgos.
Años de graves derrotas francesas: en Turín a manos del príncipe Eugenio de
Saboya y en Ramillies a manos de Marlborough.
1707
Castilla se mantiene leal a Felipe V. El 25 de
abril, en los campos de Almansa, el ejército hispanofrances vence a los
aliados. Los borbónicos invaden Valencia. El 29 de junio se publican los Decretos de nueva planta.
Una conspiración subleva la isla de Cerdeña contra Felipe V. El ejército
imperial se apodera de Nápoles.
1708
Los ingleses se apoderan de Menorca.
Derrotas francesas en Lille y Audenarde. Grave situación en Francia.
1709
En la península Ibérica la grave crisis de
subsistencia hace que las cuestiones militares pasen a un segundo plano.
Luis XIV, ante la crisis que atraviesa Francia, intenta firmar la paz con
los aliados. El Papa reconoce al archiduque Carlos como rey. Derrota francesa
en Malplaquet, que cuesta 20.000 bajas a los aliados.
1710
Año crucial para el desarrollo de la guerra. La ofensiva
borbónica sobre Aragón se saldó con las derrotas de Almenara y Zaragoza. Es
septiembre los aliados entran por segunda vez en Madrid. Victoria de las tropas
de Felipe V en Brihuega y Villaviciosa.
En Inglaterra “los tories” (conservadores) suben al poder, iniciando una política
más proclive a las paz que la llevada hasta entonces por los “wighs”
(progresistas)
1711
La resistencia catalana a Felipe V pasa a primer
plano. En septiembre el archiduque abandona Barcelona.
Muere el emperador José I; el archiduque Carlos es nombrado emperador de Alemania.
1712
Los ingleses abandonan Cataluña y se concentran en Menorca.
Se firma la paz de Utrecht por la cual se reconoce a Felipe V de Borbón rey de
España y se ceden Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña.
Importante victoria francesa en Denain. Se inician los preliminares de
Utrecht.
1713
En cumplimiento de lo estipulado en Utrecht, las
tropas imperiales abandonan Cataluña.
Por el tratado de Utrecht, Francia cede a Inglaterra la Bahía de Hudson,
Nueva Escocia y Terranova.
1714
Fin de la resistencia catalana. Las tropas borbónicas
entran en Barcelona. Muere la reina Luis Gabriela de Saboya. Nuevo matrimonio
de Felipe V con Isabel de Farnesio.
Muere la reina Ana. Comienza en Inglaterra la Casa de Hanover con Jorge I.
Franceses e imperiales firman la paz de Rastatt, por la cual Austria recibía
los Países Bajos y los territorios españoles de Italia, excepto Sicilia, que
pasó a Saboya, Francia se quedaban con Alsacia y Estrasburgo.
Consecuencias de la guerra de sucesión en España (estructuración de un
nuevo estado)
Hablar de las
consecuencias de la guerra de sucesión es evocar a Utrecht, siendo más que un
tratado, un oráculo al que asomarse para conocer detalladamente como se pactó
la paz tras la guerra. Pero del tratado de Utrecht ya hablaremos en la próxima
entrada. Ahora me gustaría centrarme en las consecuencias que devinieron de la
guerra de sucesión referidas a la estructuración de un nuevo estado.
La guerra civil
que se desató en España como consecuencia de la guerra de sucesión, contribuyo
a sentar las bases de un nuevo estado. El modelo organizativo y legislativo a
que respondía España al concluir la guerra era totalmente distinto al que había
al comienzo de la misma.
Los Austrias
habían abogado por principios de descentralización y autonomía, si bien en
diferentes momentos ya se habían producido intentos centralizadores que no
fructificaron. Existían diferentes órganos de gobierno, diferentes
instituciones judiciales y fueros diferentes, así como una diversa estructura
administrativa. Solo la monarquía era un factor común, con la limitación que
suponía la diferente forma de entenderla.
Mientras que
Castilla el absolutismo había convertido a los organismos del gobierno en
dóciles instrumentos de gobierno, en Aragón existía un concepto de pactismo, entre
el monarca y sus “súbditos”. Si bien, ojo al dato, la Guerra no parece
fraguarse en el enfrentamiento de tendencias centralistas y disgregadoras,
por lo menos desde un inicio.
Cataluña y sus
compañeros foralistas en un comienzo no simpatizaban por Felipe V ni Carlos
III, de hecho, se ignoraba que postura iba a tomar Felipe V respecto a su política
de entender el estado. Sus comienzos refutan esta idea, y sobre todo el respeto
a la particular idiosincrasia de Navarra y del País Vaco vienen a reforzar esta
impresión.
Sin embargo
como resultado, de la rebelión de Aragón en 1705, que estuvo a punto de
costarle el trono, se erigió en armas en ese momento en contra de aragoneses,
valencianos y catalanes.
La Nueva Planta
que surgió, supuso un proceso de implantación gubernativa, legislativa y
judicial que creo las bases de un estado fuertemente centralizado aderezado del
dominio de una monarquía absolutista (o con muchísimo poder, si se prefiere)
que sería la semilla que germinaría en el Romanticismo dando como fruto el auge
de los movimientos nacionalistas y la dicotomía entre centralismo-nacionalismo.
Entender
la España actual, pasa por arrancar la máquina del tiempo y alejarse un par de
siglos en la historia para conocer de primera mano los movimientos
nacionalistas genuinos.
Bibliografía (siendo
aquella que va más allá de un simple levantamiento de mancuernas)
- - ANES, Gonzalo. Historia de España. Volumen 4: El Siglo de las Luces. Artola, Miguel (Dir.). Madrid: Alianza, 1994.
- - CALVO, José. La guerra de Sucesión. 2da ed. Madrid: Anaya, 1993.
- GUERRERO VILLAR, Joaquín. El tratado de paz con Inglaterra de 1713. Orígenes
y culminación del desmembramiento de la monarquía española. Director: Pablo
Fernández Abadejo. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid, Departamento
de Historia Moderna, 2008.